Hamelin.- El fantasma de la eliminación
planea sobre la concentración de la selección de
fútbol de Francia en vísperas del encuentro del
viernes contra Togo, que definirá la clasificación
a octavos de final por el Grupo G del Mundial de Alemania
2006, informó DPA.
Tras el decepcionante 1-1 con Corea del Sur, las familias
y novias tuvieron acceso al elegante "Schlosshotel Muenchhausen"
para levantar el ánimo a los alicaídos jugadores.
El dominó y el gameboy habían demostrado que no
eran métodos idóneos para combatir la desazón.
El entrenador Raymond Domenech, quien no tiene precisamente
fama de buen psicólogo, reconoció la necesidad del
momento y canceló el entrenamiento de ayer para que sus
pupilos se despejaran y repusieran de las críticas que
llovieron al deslucido desempeño mundialista.
Para Domenech es fundamental evitar que se genere un ambiente
de inseguridad, que pudiera derivar en una traumática
reedición de la eliminación del Mundial pasado en
la fase de grupos.
"Lo peor sería dudar. El que tenga la más mínima
duda de que seguiremos adelante debería volverse a casa",
sostuvo el portero Fabien Barthez. El guardameta está
convencido de que no habrá reedición de la debacle
de 2002.
"No, no va a pasar si creemos en nuestra fuerza, trabajamos
duro y pensamos sólo en ganar", opinó el jugador
de la calva, que aspira a festejar su 35 cumpleaños el
28 de junio en Alemania.
Para Zinedine Zidane, en cambio, cumplir los 34 años
justo el día del partido será un poco triste. El
capitán no podrá salir a la cancha por doble amonestación
y podría haber jugado su último partido internacional
si los "bleus" quedasen fuera del torneo.
"Con o sin Zizou, somos un grupo de 23 jugadores que se tienen
que adaptar a una situación. En un Mundial no hay lugar
para el sentimentalismo", dijo Barthez.
La "Biblia" del fútbol francés, "L'Equipe", trató
de estimar el valor del mejor jugador francés para la
selección a través de las estadísticas.
En 104 partidos internacionales con Zidane hubo 70 victorias,
26 empates y ocho derrotas, mientras que en 49 encuentros
sin el "maestro", los franceses ganaron 30 veces, empataron
once y perdieron ocho. En partidos de campeonato, el balance
es el siguiente: 31-12-2 con Zidane y 17-8-5 sin Zidane.
Estos juegos de números tienen sin cuidado al genial
jugador, que trató de buscarle el lado positivo al asunto:
"En el Mundial de 1998 no estuve en dos partidos por tarjeta
roja y después fuimos campeones". Gracias a dos goles
suyos de cabeza en el 3-0 de la final contra Brasil.