Berlín.- Corrían 25 minutos de la final del Mundial de Alemania entre Italia y Francia cuando las caras de cientos de periodistas presentes en el estadio de Berlín empalidecieron de manera simultánea.
 
El detonante no fue un gran gol o una seria lesión de un futbolista, sino un extendido problema técnico.
 
En ese momento, las dos pantallas gigantes del Olympiastadion se apagaron, al igual que cada uno de los monitores de televisión del escenario.
 
Instantes después, la tribuna de prensa se vio inundada de técnicos que corrían con gestos nerviosos y daban indicaciones por sus teléfonos celulares, ante la impaciencia de los periodistas, detalló Reuters.
 
Las pantallas gigantes "revivieron" cinco minutos después del incidente, pero los monitores siguieron apagados hasta el final del primer tiempo, lo que dificultó la tarea de los hombres de prensa.
 
Durante el entretiempo el inconveniente fue totalmente solucionado. Según el personal de la organización, el hecho se debió a un problema de voltaje, lo que impidió el normal funcionamiento de los equipos en ese lapso.