Roma.- El vuelo chárter que trasladó
a los integrantes de la selección italiana de fútbol,
que anoche se proclamó campeona del mundo, llegó
al aeropuerto militar romano de Pratica Di Mare, donde fuera
esperaban más de un millar de aficionados.
El avión en el que viajaron los azzurri y sus familiares,
un Airbus 320 procedente de Dusseldorf y que llevaba pintado
para la ocasión una de las escenas del Mundial, fue escoltado
durante buena parte de su llegada al espacio aéreo romano
por la patrulla acrobática militar de las ''Flechas Tricolores''.
Esta patrulla realizó en el cielo una serie de acrobacias
especialmente creadas en honor de los campeones del mundo.
Una vez aterrizado, con el tricolor (bandera italiana) apareciendo
por la ventanilla del piloto, el primero en aparecer por la
puerta del avión fue el capitán Fabio Cannavaro,
quien alzó la preciada Copa del Mundo al cielo de Roma,
en medio de los aplausos de los presentes, reseñó
Efe.
Tras Cannavaro apareció el seleccionador Marcello Lippi,
seguido del jefe de la delegación, Gianmarco Abete. Esperaban
a pie de la escalerilla, entre otros, el alcalde de Roma,
Walter Veltroni.
"Estoy muy feliz de haber celebrado mi partido número
100 para la selección con una victoria tan importante.
Fue una gran satisfacción. Vimos por televisión
que Italia enloquecía y nos dimos cuenta de que habíamos
concretado una gran empresa", dijo Cannavaro.
"Creo que con un poco más de descanso podremos saborear
esta felicidad. Todavía no hemos comprendido la importancia
de lo que hemos hecho. Este grupo quiso demostrar que era
difícil de vencer", señaló por su parte el
arquero Gianluigi Bufón.
La expedición azzurra tiene previsto acudir en los próximos
minutos al ''Palazzo Chigi'', sede de la presidencia del Gobierno
Italiano, donde será recibida por el primer ministro
Romano Prodi.
En la plaza donde se ubica el edificio ya se encuentran desde
hace varias horas centenares de aficionados que esperan la
presencia de los nuevos campeones del mundo.
Después, en autobuses descubiertos, los jugadores y
técnicos, recorrerán varias calles del centro de
Roma, hasta acabar en el Circo Massimo, donde serán homenajeados
en una gran fiesta montada en su honor. Allí se espera
la presencia de casi un millón de personas llegadas desde
los distintos puntos del país.