Buenos Aires.- El árbitro internacional
argentino Horacio Elizondo confesó su sorpresa por el
cabezazo del francés Zinedine Zidane en la final del
Mundial de fútbol de Alemania 2006.
"Estaba loco, no podía creer que hubiera hecho eso",
aseguró Agustín Elizondo, padre del árbitro,
que le comentó su hijo, según declaraciones que
publica hoy el diario argentino Olé.
Zidane se fue expulsado de la final del Mundial entre Italia
y Francia a los 110 minutos de juego tras haberle dado un
cabezazo en el pecho al defensa Marco Materazzi. Italia ganó
luego en la definición por penales y se llevó su
cuarto título mundial.
Elizondo es objeto hoy de elogios generalizados de la prensa
de su país, según DPA.
Según Olé, Elizondo "brindó con champaña
tras el partido, en un festejo merecido por haber cerrado
un Mundial de lujo y consagrarse como el mejor argentino en
la Copa".
Cuenta que el brindis fue con sus colaboradores Rodolfo Otero
y Darío García, quienes también tuvieron una
actuación destacada, según coinciden la mayoría
de los medios argentinos.
El diario Clarín resumió la actuación
de Elizondo con un titular a doble página: "La justicia
fue argentina", y resalta que tanto el penal para Francia
como la expulsión de Zinedine Zidane fueron "dos aciertos
y nada de polémica".
Varios colegas y ex colegas del referato argentino también
destacan la labor de Elizondo y la califican como "muy buena,
excelente y sobresaliente".
Según La Nación, el árbitro internacional
"se destacó y tuvo un cierre a la altura de su gran Mundial",
y subrayó como atributo que "mostró personalidad".
Como "Campeón Mundial de los árbitros" lo calificó
el diario Página/12. "Se retiró con honores
y mandó a dos pesos pesados a los vestuarios antes de
tiempo", recuerda, en referencia al francés Zidane y
al inglés Wayne Rooney, que también fue expulsado
en el choque de cuartos de final contra Portugal.
Elizondo, de 42 años, retornará esta semana a Argentina
y develará la incógnita en cuánto a su futuro,
ya que no se descarta que abandone la profesión, aunque
todavía podría arbitrar hasta los 45 años de
edad, según las normas de la Federación Internacional
(FIFA).