París.- Miles de aficionados franceses
saludaron hoy a la selección nacional de fútbol
de su país en París, a pesar de la enorme decepción
sufrida ayer por la derrota ante Italia en la final del Mundial
de fútbol de Alemania 2006.
Previamente, el equipo dirigido por el entrenador Raymond
Domenech fue invitado a comer en el Palacio del Elíseo
por el presidente francés, Jacques Chirac.
Por eso, el equipo "bleu" hizo esperar a sus seguidores unos
90 minutos delante del Hotel Crillon en la Place de la Concorde.
Allí saludaron a los seguidores desde el balcón.
Primero salió Domenech. Luego, uno a uno todos los jugadores,
entre ellos Franck Ribéry, Thierry Henry y Claude Makelele,
informó DPA.
Ante la insistencia de los hinchas, que no dejaban de gritar
Zizou, también salió brevemente y con una semisonrisa
el astro Zinedine Zidane, quien con su agresión contra
el italiano Marco Materazzi y su posterior expulsión
fue causante del mayor golpe para la afición francesa.
La gente entonaba la Marsellesa y sostenía en alto carteles
en los que se podía leer Merci, para agradecer a su equipo
su actuación y el haber llegado a la final a pesar de
las dificultades iniciales.
A pesar de la deshonrosa despedida de Zidane de la final,
fue el más ovacionado por la masa que al grito "Zizou
l'Euro" pidió al capitán francés que no abandone
el fútbol como anunció y participe en la clasificación
para la Eurocopa 2008.
El primer partido clasificatorio será el 6 de septiembre.
El rival será nada más y nada menos que Italia.
Profundamente decepcionados, los seguidores regresaron a
casa. Sólo algunos pocos cohetes se oyeron en la noche
y unos pocos fuegos artificiales iluminaron el cielo sobre
la ciudad. Por todas partes, se mezclaba la consternación
por el comportamiento de Zidane con la frustración por
el título perdido.