Berlín.- Suecia se acercó a
los octavos de final del Mundial Alemania 2006 tras batir
hoy a Paraguay por 1-0 en Berlín.
Un cabezazo de Freddie Ljungberg a los 89 minutos destruyó
las esperanzas de los paraguayos, que quedaron así eliminados
del torneo.
Se notaba la tensión hoy en el Estadio Olímpico
de Berlín. Después de la victoria de Inglaterra
ante Trinidad y Tobago, que ubicaba a los "pross" en octavos
de final, el choque en la capital alemana se tornaba
casi definitivo para las aspiraciones de paraguayos y suecos
en el Grupo B.
Inglaterra suma seis puntos, Suecia cuatro, Trinidad y Tobago
uno y Paraguay cero. Trinitarios y paraguayos se miden el
martes 20, a la misma hora que suecos e ingleses. Un empate
en el último partido clasificará a Suecia, en tanto
que Trinidad y Tobago está obligada a ganar para soñar,
y no depende de sí misma.
Paraguay había perdido en el primer duelo ante Inglaterra,
mientras que los suecos cedieron un empate con el que nadie
contaba ante la selección del minúsculo país
caribeño, reseñó DPA.
El partido empezó muy trabado. Ambos equipos estaban
agarrotados, asustados ante la posibilidad de que el rival
hiciese un gol, algo que ante la dificultad demostrada por
ambas selecciones para marcar podría ser letal.
Empujados por los 50.000 suecos que rugían en el estadio,
los escandinavos mantuvieron más la pelota, lo intentaron
con más fe, pero no pudieron traducir en el juego la
inmensa superioridad del amarillo en las gradas del Olímpico.
Sólo un disparo desde fuera del área de Kim Kallstrom,
bien detenido por el sustituto del lesionado Justo Villar,
Aldo Bobadilla, animó algo a los espectadores del partido
en unos primeros minutos en los que el árbitro eslovaco
Michel Lubos tuvo que utilizar su silbato más de lo deseado.
Entre interrupciones, Paraguay apenas se acercó por
primera vez al marco de Andreas Isaksson pasada la media hora
de juego: un disparo muy desviado de Roque Santa Cruz y otro
de Haedo Valdez fueron su bagaje.
Los suecos habían tenido problemas internos durante
los días posteriores a su empate sin goles con Trinidad
y Tobago. La situación estaba resuelta, pero a juzgar
por su escasa precisión en las combinaciones, parecía
que no sólo Mellberg y Ljungberg se hubieran peleado,
sino todo el equipo entre sí.
La gran oportunidad sueca llegó por un error defensivo.
El balón le cayó solo a Zlatan Ibrahimovic, pero
su disparo fue inocente, indigno del delantero centro de la
Juventus de Turín.
En el palco, el presidente de la UEFA, el sueco Lennart Johansson,
se revolvía, mientras que su homólogo en la Conmebol,
el paraguayo Nicolás Leoz, respiraba de alivio: del "letal
tridente" escandinavo formado por Fredrik Ljungberg, Henrik
Larsson e Ibrahimovic, todavía no se tenía noticia
en Alemania.
En la segunda mitad, el gigante delantero de la Juve se quedó
en el banquillo para dar entrada a Markus Allback, que gozó
precisamente de una ocasión inmejorable para marcar en
sus primeros minutos en la cancha. Su vaselina, sin embargo,
la sacó debajo de los palos, cuando ya se colaba, Denis
Caniza.
Ni siquiera la salida de Julio Dos Santos le dio más
control a Paraguay, que decidió esperar su oportunidad
agazapado, incluso aunque el empate no le hacía depender
de sí mismo en la última jornada ante Trinidad y
Tobago.
Las oportunidades continuaron siendo suecas, aunque siempre
se perdían ante la defensa paraguaya o a causa de una
imprecisión, fruto de la ansiedad. Mientras, el contragolpe
paraguayo tampoco funcionaba. El empate era el peor resultado
posible, y de cambiar eso se encargó el incansable Freddie
Ljungberg segundos antes del pitazo final.