Nuremberg.- Portugal se clasificó para
cuartos de final al derrotar hoy en Nuremberg por 1-0 a Holanda,
en un partido de extrema dureza, en el que hubo cuatro tarjetas
rojas y 16 amarillas, récord absoluto en la historia
de los Mundiales.
Portugal, que acabó el partido con nueve hombres por
las expulsiones de Costinha (45) y Deco (77), acabó ganando
gracias a un gol de Maniche en el minuto 23, a un equipo holandés
que también terminó con dos hombres menos, al perder
a Khalid Bouhlarouz (62) y Giovanni Van Bronckhorst (90+5).
Si se hablaba de revancha entre holandeses y portugueses
después de que los lusos hubieran eliminado a los naranjas
en semifinales de la Eurocopa-2004, el partido se convirtió
en una batalla de malos modos, empujones y entradas terroríficas
por ambos bandos en el espectáculo más vergonzoso
de este Mundial.
En aquella oportunidad también habían ganado los
lusos (2-1).
Si la ciudad de Nuremberg está muy ligada a la Segunda
Guerra Mundial, ambos equipos la eligieron como campo de una
batalla de la que salió victorioso Portugal, que jugará
el partido de cuartos de final contra Inglaterra, vencedor
esta mañana ante Ecuador (1-0) en Stuttgart, el 1 de
julio, según AFP.
Pero la batalla ha pasado una dura factura a Portugal, que
no podrá contar con los expulsados Deco ni Costinha contra
los ingleses, ni posiblemente tampoco con Cristiano Ronaldo,
que recibió una dura entrada en el muslo en el minuto
7 y tuvo que dejar su puesto en el 32 a Simao Sabrosa.
El tanto de Maniche llegó en el minuto 23, al resolver
una jugada personal dentro del área, tras recibir de
Pauleta, en la que se deshizo de dos defensas y con la derecha
colocó el balón pegado al palo izquierda de la portería
de Edwin Van der Sar.
Pero Maniche fue un protagonista secundario del partido,
ya que el principal fue el juego duro y el colegiado ruso
Valentin Ivanov con su permisividad.
El ruso debió haber expulsado a más de un jugador
en la primera parte, y al final acabó echando al portugués
Costinha, por cortar un avance con la mano, aunque antes hizo
un par de entradas de espanto.
Después expulsaría al holandés Khalid Bouhlarouz,
en el minuto 62, por golpear con el codo a Luis Figo en un
avance por la banda izquierda, lo que le valió la segunda
tarjeta amarilla, después de haber recibido la primera
en el 7 por una terrorífica entrada a Cristiano Ronaldo.
Precisamente Bouhlarouz fue el que inició la contienda
de juego duro entre ambos equipos cuando clavó los tacos
en el muslo de Cristiano Ronaldo en ese minuto 7.
A partir de ahí, los portugueses tal vez quisieron hacer
justicia y prodigaron las entradas duras, como una patada
de Maniche a Marck van Bommel en el 18, y dos entradas durísimas
de Costinha.
Pero lo peor llegó en el 41 con una entrada de karate
de Nuno Valente dentro del área sobre Arjen Robben, que
debió merecer tarjeta roja y penalti, pero que Ivanov
dejó de ser ruso para hacerse el sueco.
Cuatro minutos después llegaría la expulsión
de Costinha, al que el colegiado ruso castigó con una
segunda tarjeta amarilla por cortar un avance con la mano.
Poco antes de la expulsión de Costinha, Pauleta pudo
haber colocado el 2-0 para Portugal, en el minuto 44, pero
su remate a bocajarro dentro del área fue despejado con
un pie por Edwin Van der Sar.
Con un jugador más, los holandeses se lanzaron a por
el empate desde la reanudación y en el minuto 48 Philip
Cocu estrelló el balón en el larguero.
Los holandeses, confiados en su superioridad numérica,
se lanzaron al ataque, y llegaron con facilidad al arco portugués,
pero el equipo luso aprovechó para montar peligrosos
contragolpes, que también llevaron peligro a la meta
de Van der Sar.
Pero después llegaría la expulsión del holandés
Bouhlarouz en el 62, que equiparó el partido, antes de
la del luso-brasileño Deco en el 77 y de su compañero
del FC Barcelona Gio, en el descuento. Pero cuando llegaron
esas últimas expulsiones, hacía ya un buen rato
que el fútbol había dejado de existir en el espectáculo
más vergonzoso de este Mundial.