Nuremberg, Alemania.- Con el "corazón
destrozado": así jugó hoy el portero mexicano Oswaldo
Sánchez el partido que su país le ganó a Irán
por 3-1 en el debut en el Mundial de Alemania 2006.
"Aunque mi corazón estaba destrozado, yo tenía
que estar entero para mi país y por mi familia", señaló
el arquero, visiblemente emocionado luego del encuentro. "Mi
padre me dio la fortaleza para poder venir a jugar hoy. Lo
que tenía que hacer era disfrutar por él. Sé
que está en el cielo también apoyándome", agregó
el arquero, que jugó apenas cuatro días después
de la muerte de su padre, Felipe Sánchez.
Llegado ayer por la mañana desde México, en donde
asistió al sepelio de su padre, Sánchez firmó
una buena actuación individual pese al difícil trance
que le toca atravesar, y terminó de rodillas sobre el
césped del Frankenstadion de Núremberg y abrazado
por todos sus compañeros en señal de apoyo.
Los últimos minutos del partido representaron una eternidad
para el arquero, que no veía la hora de que el árbitro
italiano Roberto Rosetti decretara la victoria: "Yo estaba
esperando que se acabara el partido para voltearme hacia el
cielo y dedicarle el triunfo a mi padre. Sabía que el
era el más ilusionado porque estuviese en un Mundial".
La odisea de Oswaldo, que viajó y volvió de México
en un lapso de cuarenta y ocho horas, pudo realizarse gracias
a que los dueños de todos los clubes mexicanos de primera
división reunieron fondos para fletar un chárter
para él y su familia, cosa que no fue pasada por alto
por el hombre de Chivas.
"Quiero agradecer muchísimo a toda la gente que me mostró
todo su afecto en el estadio y también muy especialmente
a todos los dueños de los equipos encabezados por Jorge
Vergara (presidente de su club) para que entre todos pagaran
un vuelo charter y que me viniera con la familia muy descansado".
Sobre el debut de su equipo, Sánchez destacó que
"hay que darle mérito a la victoria".
"El primer tiempo fue muy forcejeado, pero en el segundo
tiempo le pusimos un muy buen toque de pelota al equipo iraní,
que juega bien, e hicimos un partidazo. Ellos habían
hablado mucho y se demostró que hay que hablar adentro
de la cancha", en alusión a las supuestos desafíos
que se emitieron desde la concentración asiática
los días previos al partido.
Por último, Sánchez dio crédito a su entrenador,
Ricardo La Volpe: "Ricardo ganó el partido en la banca.
Es un gran entrenador. A veces cuando habla con la prensa
se mete en problemas pero es un gran entrenador".