Gelsenkirchen.- La selección checa
de Pavel Nevdev obligará hoy a Bruce Arena, el veterano
técnico estadounidense, a revelar sus cartas en el partido
inaugural del grupo E, cuyas dos plazas de acceso a octavos
alcanzarán los precios más caros del mercado mundialista.
El equipo estadounidense se ha movido antes de acometer su
quinto Mundial consecutivo con la máxima reserva desde
que llegó a Alemania. No sólo su trabajo en Hamburgo
ha estado rodeado de secretismo, sino que Bruce Arena no ha
revelado sus planes ni siquiera a sus propios jugadores, circunstancia
que ha levantado algunas críticas en la delegación
norteamericana.
Su último amistoso, contra Angola en Hamburgo, fue a
puerta cerrada a petición de Bruce Arena, y las últimas
referencias sobre sus planes datan del partido de ensayo anterior,
contra Letonia el 28 de mayo en East Hartford (EEUU). En ambos
casos venció por 1-0.
La suerte del equipo estadounidense penderá de la buena
conexión que se produzca entre el veterano Claudio Reyna,
que juega su cuarto Mundial, y John O'Brien con los delanteros
Landon Donovan y Brian McBride, informó Efe.
La República Checa, bajo el liderazgo del veterano Pavel
Nevdev, delantero del Juventus, parte como favorita frente
a los Estados Unidos, aunque Bruce Arena logró un gran
éxito al clasificar a su equipo para los cuartos de final
en el último Mundial.
El director técnico checo, Karel Brückner, no podrá
contar, probablemente, con el delantero Milan Baros, lesionado
en un pie. El máximo goleador de la Eurocopa de Portugal,
con cinco tantos, no podrá formar pareja ofensiva con
el gigante Jan Koller, el máximo goleador en la historia
de la selección, que con sus 2,02 metros de estatura
siembra estragos en los balones por alto.
Estados Unidos, Checoslovaquia e Italia ya compartieron grupo
en el Mundial de Italia'90 y en aquella ocasión el equipo
unido checoslovaco dio buena cuenta (5-1) de un conjunto estadounidense
mucho más débil del que ha construido Bruce Arenas
a lo largo de ocho años.
La historia no augura nada bueno a Estados Unidos, que ha
perdido los siete encuentros mundialistas que ha disputado
en Europa: uno en Italia'34, tres en Italia'90 y otros tres
en Francia'98.
El choque de Gelsenkirchen será el primero en el
que un árbitro paraguayo, Carlos Armilla, dirige un partido
mundialista en el que participa un equipo de la CONCACAF.