Munich.- Alemania se abrió paso hacia
los cuartos de final del Mundial con un firme 2-0 ante Suecia,
mostrando un juego de equipo contundente, con una gran ansiedad
ofensiva y muy pocas fallas en la defensa.
El partido, jugado ante un colmado estadio de Munich ante
66.000 espectadores, fue un verdadero festival del delantero
alemán Lukas Podolski, autor de los dos tantos alemanes.
El rival de Alemania en cuartos de final será Argentina
o México.
Podolski fue el jugador ovacionado por la frenética
hinchada alemana, con los goles convertidos a los 4 y los
12 minutos del primer tiempo. Los suecos perdieron a Teddy
Lucic por doble amonestación a los 35 minutos y además
marraron un penal, a los ocho del segundo, por intermedio
de Henrik Larsson, informó AFP.
Que Alemania se convirtió en una máquina dispuesta
a arrollar a cualquier rival que se le presente desde el inicio
mismo del partido se confirmó hoy. Fue el tercer choque,
de los cuatro que disputó en el torneo, en el que logró
un gol muy tempranero, de esos que tranquilizan, aplacan la
presión y permiten jugar desenvuelto.
A los cuatro minutos, en el primer ataque serio de los alemanes,
Miroslav Klose se metió en profundidad, el portero sueco
Andreas Isaksson logró tapar, pero el rebote llegó
al pie derecho de Podolski, que puso el 1-0.
Segundos después, Podolski no había terminado de
celebrar su segundo gol del campeonato cuando se encontró
de nuevo con la pelota, esta vez a 22 metros de la portería,
pero su trallazo salió apenas desviado. Era otro aviso
para decir que iba a ser su tarde.
La confirmación no demoró en llegar. Fue a los
12 minutos. Klose, con cuatro goles hasta ahora el delantero
más peligroso de Alemania en el torneo, recibió
al borde del área y se llevó a tres defensores suecos
abriendo el espacio para que Podolski aprovechara con un zurdazo
impecable. Era la explosión definitiva de Podolski, el
delantero de 21 años, uno de los descubrimientos del
técnico Juergen Klinsmann.
El poderío ofensivo alemán siguió, en el primer
tiempo tuvo incontables ocasiones de aumentar el marcador.
Escapes de Klose, disparos de media distancia de Ballack,
Torsten Frings o Bastian Schweinsteiger, zurdazos de Podolski.
Todos salían apenas desviados o el portero sueco, Isaksson,
el mejor de su equipo, los arañaba hacia afuera.
La clave fue una vez más el esquema táctico planteado
por Klinsmann, que sorprendió a los suecos. Formó
un 4-2-2-2, con un Ballack muy retrasado junto a Frings, con
una gran disciplina en la tarea de contención, y no de
creación, entregada a Bernd Schneider y a Bastian Schweinsteiger.
Arriba, el peligro producido por Klose y Podolski era constante.
La fortuna terminó tocando con su varita a los
alemanes y se ensañó con los suecos, que a los 35
minutos se quedaron con diez, por doble amonestación
del defensor central Lucic, en decisiones un tanto puntillosas
del árbitro brasileño Carlos Simon.
Los ánimos de lucha de los suecos se terminaron de desvanecer
en la segunda parte, cuando Larsson, el delantero del Barcelona,
fue empujado por Per Mertesacker en el área y Simon señaló
penal. De la ilsuión de acercarse, Suecia pasó a
la depresión: Larsson mandó el penal a las nubes.
Fue una tarde desafortunada para la cotizada delantera sueca,
con Zlatan Ibrahimovic, Larsson y Fredrik Ljungberg, hoy opaca.
Alemania pasó a administrar el resultado, viendo que
el rival no podía inmutarlo y pensando ya en el próximo
rival, en cuartos de final, dentro de seis días, en Berlín.
Síntesis:
Alemania: Lehmann - Friedrich, Mertesacker, Metzelder, Lahm
- Schneider, Frings (85' Kehl), Ballack, Schweinsteiger (72'
Borowski) - Klose, Podolski (74' Neuville).
Suecia: Isaksson - Alexandersson, Mellberg, Lucic, Edman
- Linderoth - Jonson (52'Wilhelmsson), Kallstrom (39' Hansson),
Ljungberg - Larsson, Ibrahimovic (72' Allback).
Arbitro: Simon (Brasil)
Espectadores: 66 000 (agotado)
Goles: 1-0 Podolski (4'), 2-0 Podolski (12')
Tarjetas amarillas: Frings / Jonson, Allback
Doble amarillas: - / Lucic (35'/doble falta)