Prime billete antillano
Trinidad y Tobago es, sin duda, la mayor sorpresa en esta fase final del Mundial de Alemania. La selección de las dos pequeñas islas de las Antillas, justo enfrente de Venezuela, han conseguido por primera vez una calificación y es seguramente el acontecimiento histórico más importante de este país de sólo 1,3 millones de habitantes. Sus primeras eliminatorias para una Copa del Mundo se remontan a 1966 y, aunque estuvieron a punto de asistir en 1990, cuando se quedaron a un empate de esta posibilidad, su recorrido hasta obtener el billete no deja de tener parte de heroicidad.
El mes de abril de 2005, Trinidad y Tobago únicamente contaba con un punto en la tercera y última fase de la zona de Norte, Centroamérica y Caribe (Concacaf), liguilla conocida como el 'hexagonal' y que da derecho directo al Mundial a los tres primeros (Estados Unidos, México y Costa Rica, en este caso) y el cruce intercontinental del cuarto contra otro 'repescado' de la zona asiática.
La llegada del holandés
En ese momento, el hombre fuerte de la federación nacional, Jack Warner, vicepresidente de la FIFA y máximo responsable de la Concacaf, decidió apostar como técnico por Leo 'el timonel' Beenhakker, un holandés que conoce todos los trucos del fútbol después 30 años de entrenador por todo el mundo. Antes, la selección había superado fácilmente a la República Dominicana y había sido escolta de México en la fase intermedia.
El nuevo equipo de Beenhakker empezó a encadenar buenos resultados ante sus rivales directos para el cuarto puesto, Panamá y Guatemala, y, en el último partido, ganó en casa 2-1 a una México que ya no se jugaba nada más allá del primer lugar del hexagonal. En la repesca frente a Barheïn, también partía como el débil, a pesar de que los jugadores comenzaban a acumular experiencia. De hecho, el partido de ida en su estadio Hasely Crawford terminó con un desalentador empate a 1.
Pero, la vuelta, en el Golfo Pérsico, deparó una sorpresiva victoria 1-0 por el solitario gol de cabeza del defensa Dennis Lawrence tras el lanzamiento de córner de Dwight Yorke, la estrella del equipo. El país se paralizó, la población salió a la calle e incluso el Gobierno declaró un día festivo de honor a los 'Soca Warriors', que celebraban un Carnaval antes de hora.
En Ligas inglesa y escocesa
Con Inglaterra, Suecia y Paraguay como rivales en el grupo B, es difícil pensar que Trinidad y Tobago pueda llegar a octavos de final, pero el conjunto de futbolistas que se encuentra mayoritariamente en las Ligas inglesa e escocesa están acostumbrados a medirse con los mejores del Planeta.
York, entonces con 18 años, ya participó en las eliminatorias frustradas de 1990 y, otro veterano, es el centrocampista Russel Latapy, de 37 años. La portería está asegurada por Kelvin Jack y, del resto, destacan los capitanes Stern John, un goleador, y Silvio Spann, de 24 años, que da paso a la nueva generación que emerge de las islas.
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