Berlín.- El duelo de entrenadores de la semifinal entre Alemania e Italia coloca en los banquillos al expresivo Jürgen Klinsmann con el templado Marcello Lippi, el mundo al revés, ya que se supone que los mediterráneos son más temperamentales que los centroeuropeos, reseñó Efe. Lippi irradia calma y serenidad, mientras Klinsmann parece tener hormigas en el cuerpo. Cada gol de Italia suscita en el italiano el gesto único de apretar los puños y extender los brazos; para Klinsmann, derivan en saltos, gritos de gol y carreras por la banda. Ambos técnicos asumieron el comando de sus selecciones en el año 2004 con sólo un mes de diferencia. Lippi fue nombrado primero. Nacido un 11 abril, es un ariano tenaz que nunca vistió la camiseta azzurra, aunque defendió los colores del Sampdoria como defensa central. La experiencia que le falta como jugador de selección le sobra como técnico, pues en su Italia natal ha dirigido a 10 clubes diferentes, incluyendo uno grande como el Juventus de Turín, con los cuales alcanzó: 5 Ligas, 1 Copa, 1 Supercopa, 1 Liga de Campeones, 1 Supercopa Europea y 1 Copa Intercontinental. Klinsmann, por su parte, es la representación típica de un Leo, nacido un 30 de julio. El seleccionador alemán es la antítesis de su rival de banquillo, su mayor experiencia viene de haber sido jugador, pues se estrena como técnico, y le precede un buen palmarés con la selección germana: salió campeón del mundo en 1990 y de la Copa Europa en 1996, fue internacional 108 veces y sumó 47 dianas, además de dos campeonatos UEFA con el Inter (1981) y Bayern Múnich (1996).