RHADAMES FIGUEROA

ESPECIAL/EL UNIVERSAL

Fútbol de alto nivel, muchos goles y emoción. Selecciones que sorprendieron al mundo y otras que decepcionaron. Estrellas que brillan con luz propia bajo un calor infernal y que intentan escapar de la plaga de las lesiones. Aficionados pintorescos, estadios imponentes y llenos a reventar. Organización y seguridad al pie de la letra. Y todo en nueve días. Vimos cómo Robben volvió locos a serbios y montenegrinos, mientras Shaka Hislop se convertía en héroe nacional de Trinidad y Tobago. Nos deleitamos con las goleadas de España y Argentina. El vertiginoso juego que imprimió Italia ante los ghaneses y la calidad de República Checa. Comprobamos una vez más que Alemania es Alemania y que por algo están metidos en octavos de final junto a un Ecuador práctico y compacto. Portugal defraudó ante Angola. Francia no convenció y tampoco Inglaterra a pesar de estar en octavos. Incluso el principal candidato y "todopoderoso" Brasil sembró dudas hasta en el que menos sabe de fútbol. Los árbitros han estado a la altura y el planeta entero ruega porque se mantengan así. ¡Que se disipen los fantasmas de Corea-Japón 2002! Un juego ha sido mejor que el otro. De ida y vuelta, como trenes que no se detienen en ninguna estación. Hasta los goles más impresionantes se volvieron simples cuando alguien ha marcado uno de mejor factura. Así se resumen los primeros 26 partidos de Alemania 2006. ¡Y faltan 38!