Goles. En los 26 partidos que se han disputado
hasta el momento apenas se registraron dos empates a cero y
se han marcado un total de 59 goles (lo que equivale a un promedio
de 2,2 por encuentro). Entre ellos destacan los de los alemanes
Torsten Frings y Philipp Lahm en la inauguración ante Costa
Rica, el par que marcó el checo Tomas Rosicky ante Estados
Unidos, el riflazo de Andrea Pirlo para Italia ante Ghana, el
de Fernando Torres tras la magistral jugada de Puyol, en la
goleada de España sobre Ucrania, o el del argentino Esteban
Cambiasso ante Serbia y Montenegro donde hubo 25 pases antes
del gol.
Fútbol ofensivo. A pesar de que el
fútbol moderno se ha tornado resultadista, en Alemania
2006 las selecciones se han dedicado a practicar un juego de
vocación ofensiva y no defensiva. Es el tipo de fútbol
que gusta a todo el mundo y hasta ahora el Mundial no defrauda.
Arbitraje. Faltan 38 juegos, ha habido
uno que otro error, pero si de algo no se pueden quejar las
32 selecciones es del arbitraje. Hasta el momento, los fallos
y sentencias de los jueces principales y sus asistentes han
estado a la altura que exige la competición. Y este era
un aspecto fundamental para la FIFA después de las controversias
y mala imagen que dejó Corea-Japón 2002.