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(Foto EFE)
Gelsenkirchen.- El "espíritu" de Diego Maradona
contagió a la selección argentina, que vapuleó
a Serbia y Montenegro por 6-0 con un festival de lujos.
El ex astro volvió a tener un lugar protagónico
en las gradas, tal como había sucedido en el debut
ante Costa de Marfil. Enfundado en el modelo de camiseta
con la que en México 86 condujo a Argentina a su segunda
Copa del Mundo, Maradona gritó hasta el éxtasis
cada uno de los seis goles y festejó frenéticamente
el ingreso en el segundo tiempo del mediocampista Lionel
Messi, a quienes muchos consideran su sucesor, reseñó
DPA.
"Antes del partido, Maradona se acercó y me deseó
suerte, eso fue una gran motivación, sin dudas",
comentó el joven Messi. ¿Y quién le contradice?
Maradona estuvo acompañado por su ex esposa Claudia
Villafañe, con la cual se abrazó efusivamente
tras cada gol, y su hija Giannina en uno de los palcos
del futurista estadio de Gelsenkirchen. A una decena
de metros, estuvieron sentadas otras dos glorias de
la historia del fútbol, Franz Beckenbauer y Michel
Platini.
Las cámaras de televisión no le perdieron
pisada a Maradona, que decidió tener en este
Mundial un protagonismo mayor que en los dos precedentes,
los que siguieron a su retiro. En Alemania 2006, "el
Diez" visita a los jugadores en el vestuario antes
de los partidos para arengarlos, y también los
visita en su concentración de la ciudad Herzogenaurach.
Maradona es consciente de la "marcación" televisiva
a la que es sometido, y festeja y alienta desde
el palco con el mismo rostro desencajado de aquel
recordado gol contra Grecia en el Mundial de Estados
Unidos 1994.
Y el "Diegooo, Diegooo" lo acompaña desde
las tribunas, un canto registrado que los hinchas
argentinos entonan cuando las cosas salen bien,
como ayer, pero también cuando todo marcha
torcido, como recordatoria de los momentos de
gloria de las décadas del ochenta y principios
del noventa.
En su rol de "inspirador espiritual" de la
selección dirigida por José Pekerman,
Maradona confía en una tercera Copa del
Mundo para Argentina, y los jugadores y los
hinchas quieren creerle a su "dios" del fútbol,
que un nuevo milagro está naciendo, de
color albiceleste.
Hace 20 años que Argentina ganó
su segunda Copa del Mundo y había dudas
de alcanzar una nueva ante la falta de un
líder en la selección. Pero nadie
contaba con que el inspirador estaba afuera
de la cancha. Maradona sabe cómo hacerlo,
Y está visto que es también el mejor
en eso.
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