CARACAS, sábado 17 de junio, 2006 | Actualizado hace
Realmente la culpa de la goleada humillante que recibió Serbia y Montenegro no fue solamente del zaguero central. Toda la defensa sin excepción mostró poco del porqué fue una selección que mantuvo su arco invicto en nueve de los diez encuentros que disputaron en las eliminatorias al Mundial. Lo más terrible de todo fue ver a los jugadores parados y estáticos ante la velocidad arrolladora de Argentina. No hubo capacidad de reacción y ante el coladero la peor parte se la llevó el portero.