Portugueses y angoleños están íntimamente relacionados por su historia, pues Angola fue colonia de Portugal durante cuatro siglos, hasta que lograra su independencia en 1975. El fútbol los vuelve a reunir, pues se enfrentarán en la primera jornada del Grupo D, con una rivalidad que va muchísimo más allá de los goles.
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(Foto AP)
RHADAMES FIGUEROA
ESPECIAL/EL UNIVERSAL
La historia los unió, luego los separó y el fútbol
los vuelve a poner juntos. Angola fue colonia de Portugal durante
casi cuatro siglos hasta que en 1975 los africanos lograron
independizarse, pero por cosas del destino, ahora ambas selecciones
comparten el Grupo D y hoy se enfrentan en su debut en el Mundial
Alemania 2006.
Para las "palancas negras" de Angola, éste será
su primer partido en una Copa del Mundo. Llevan encima la
etiqueta de "cenicientas", son inexpertos, pero el hecho de
saberse inferiores podría darles un extra de motivación.
Tienen poco que perder y mucho que ganar, sobre todo esta
tarde.
Portugal no. Los lusitanos cuentan con un equipo compacto,
de grandes individualidades, que está llamado a ser
uno de los protagonistas del torneo. Pero antes tendrán
que vencer en el duelo inicial, pues el Mundial hay que
empezarlo con el pie derecho y a Portugal le está costando
aquello de pegar primero. Basta con recordar el fiasco de
Corea-Japón 2002 y la inauguración de la Eurocopa
2004 en la que perdieron 2-1 frente a Grecia.
Para Portugal el encuentro ante Angola incluirá,
más que ribetes de pugna histórica, un reto
de reivindicación.
Por ello, los dirigidos por Luiz Felipe Scolari están
obligados a buscar el partido.
Portugal atraviesa un buen momento tanto anímico
como futbolístico y eso quedó demostrado
en sus dos últimos partidos de preparación.
Goleó 4-1 a Cabo Verde, con tres tantos de Pauleta,
y se impuso 3-0 ante Luxemburgo jugando a media máquina,
con un Figo que parece haber tomado un segundo aire
a sus 33 años.
Sin embargo, esa ansiedad de salir a apretar y
volcarse en ataque desde el primer minuto es un
arma de doble filo.
Si el partido se presenta de esta forma, con
Angola esperando atrás, jugando al contragolpe
y explotando su velocidad, lo pueden pagar caro.
Y es que a los lusos parece que les costara recuperarse
cuando es el rival quien se adelanta en el marcador.
Sus jugadores pierden la concentración, los
invaden los nervios y eso fue lo que ocurrió
ante estadounidenses y coreanos en 2002, y en
par de ocasiones ante los griegos en la Eurocopa.
Y en un torneo corto como el Mundial, esos errores
no se pueden permitir.
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