Clave en el equipo de Portugal, tiene que explotar al máximo su velocidad por las bandas, sus regates y remate. Debe controlar su temperamento, pues en ocasiones pierde la concentración y se "sale" del juego. Recibe muchas faltas que pueden aprovecharse en los tiros libres. Es el mejor representante de la nueva generación del fútbol luso y es considerado el sucesor de Figo.