Hamburgo.-Una tarde de verano de 1982 en la ciudad de Barcelona, Paolo Rossi puso en marcha la máquina de hacer goles y ya no paró. Una tarde de verano similar pero 24 años más tarde, Luca Toni, otro "cazagoles" italiano, empezó a pisar las huellas de la leyenda. "Toni puede ser el Paolo Rossi de 2006", sentenció convencido el arquero italiano Gianluigi Buffon. Rossi destapó el tarro de las esencias en el ahora desaparecido campo de Sarriá, casa del Espanyol, con tres goles de "ratón del área". A Brasil le bastaba empatar para llegar a semifinales, e Italia, que había causado una pobre impresión hasta ese día, necesitaba vencer. Pero el triunfo por 3-2 y los goles de su ariete la dispararon hacia el título. El viernes en la ciudad de Hamburgo, Toni revivió a Rossi. Justo cuando más presionaba Ucrania para empatar, apareció el delantero en el lugar preciso y en el momento adecuado para dar tranquilidad: dos goles en diez minutos que enviaron a la "nazionale" a la semifinal de Dortmund. El paralelismo es extraordinario en todo menos en el físico, imperativo sin duda de los nuevos tiempos. Rossi era con sus 1,74 metros y 66 kilos un futbolista casi enclenque comparado con los 1,85 y 77 kilos de Toni, imprescindibles en el fútbol de hoy en día. Por encima de la complexión, ambos tienen en común una adicción: viven del gol y sufren con su abstinencia. Antes de retirarse a los 31 años por culpa de las lesiones, Rossi tuvo tiempo de anotar 82 goles en 215 partidos en la liga italiana, fundamentalmente con Perugia y Juventus, y 20 en 48 con la "azzurra". Y eso que estuvo dos años suspendido hasta justo antes del Mundial de su consagración por su implicación en el arreglo de un partido. Toni aún está escribiendo su propia historia, pero sus números ya están en letras grandes. En 189 partidos lleva 105 goles, y en esta temporada sumó con la Fiorentina 31 tantos, que le dieron la bota de oro europea y supusieron la primera vez en el "calcio" desde 1958 que el "capo cannoniere' supera la treintena. En el marco del Mundial, Rossi marca el camino a Toni. El de Prato, que hoy tiene 49 años y dirige una inmobiliaria, estrenó su casillero en España 82 ante Brasil en cuartos de final y marcó otros dos tantos más en semifinales ante Polonia y uno en la final frente a Alemania para convertir a Italia en tricampeona mundial. El de Madena, de 29 años, sumó ante los ucranianos sus dos primeros goles en Alemania 2006, y sus compañeros quieren que siga al pie de la letra los dictados del maestro para bordar la cuarta estrella en la camisa "azzurra". "Ya era hora", afirmó con una carcajada el capitán Fabio Cannavaro. "Vino aquí a hacer goles y afortunadamente los encontró. Hizo una gran temporada y necesitamos que lo haga bien", recalcó. El ariete ya encontró el olfato y sonríe de nuevo. "Estoy muy contento de haber podido anotar los goles. Espero que me darán el impulso necesario para marcar también en los próximos partidos". Esos "próximos partidos" sólo pueden ser dos, la semifinal del martes ante Alemania y la eventual final de Berlín el 9 de julio. Las huellas de Rossi esperan ser revividas.