JORGE HERNANDEZ EL UNIVERSAL

Emoción y euforia demostraron los fanáticos de la selección de Argentina en las instalaciones de Centro Uruguayo Venezolano. Varias fanáticas tenían camisas de la selección albiceleste muy bien combinadas con zarcillos azules. Otros prefirieron usar la camisa original mientras almorzaban una suculenta parrilla acompañada por un buen vino tinto. La rivalidad se observó en todo momento entre los comensales que apoyaban al debutante Costa de Marfil y las personas, muchas de ellas féminas, que se identificaban con Argentina. El juego comenzaba mientras tres instructoras del Centro Uruguayo enseñaban a bailar tango a dos caballeros al mejor estilo de Carlos Gardel. En el minuto 21 del primer tiempo los fanáticos comentaban que preferían ir mil veces al equipo argentino que a Brasil: se demostró rivalidad allí. En el minuto 24 un gol de Hernán Crespo hizo vibrar a la fanaticada mientras las parejas seguían bailando tango totalmente concentradas ante los contundentes aplausos. Sofía Figueroa, una de las instructoras de tango, expresó que bailaban en ese preciso momento "La Yumba", original de la Orquesta Escuela de Buenos Aires. Nada los distrajo ante ese primer gol. El segundo gol llegó en las piernas de Javier "el Conejo" Saviola en el minuto 37, mientras que los asistentes al Centro Uruguayo comían carne en grandes cantidades y el fogón ardía a plenitud. Los aprendices del tango Juan Madrid y Juan Luis Serra ni se movieron para mirar los televisores ante el gol de Saviola. Finalizaba el primer tiempo y las risas y aplausos aparecieron nuevamente. El primer bailarín, Madrid, afirmó que el "tango es su pasión y nada lo saca de concentración, así sea el mejor partido del Mundial Alemania 2006". Madrid apoya a todos los equipos suramericanos que están dentro de la competencia. Por su parte Juan Luis Serra afirmó que prefiere al equipo de Brasil, su pasión por el tango es superior a los juegos y por eso no se distrajo durante la clase de Figueroa. "El tango nos envuelve aunque haya un interés por el fútbol, es una atmósfera totalmente diferente y me atrapa por completo casi dos horas". Iniciado el segundo tiempo, ahora en el Centro San Ignacio la emoción era similar. Costa de Marfil anota su primer gol en el minuto 81 y los fanáticos increíblemente apoyaron al equipo debutante, las gorras y sombreros tipo arlequín color azul fueron alzados para apoyarlo. Los africanos no se rindieron e hicieron vivir nueve minutos de drama a los argentinos ante un posible empate que nunca se dio.