Desde que Pelé lo utilizó, este número siempre ha sido sinónimo de buen juego y de capacidades creativas. Maradona, Platini y Zico se encargaron de prolongar una tradición que se mantuvo dormida hasta que apareció Zidane. Hoy esa camiseta tiene en Ronaldinho un digno heredero, pero no es el único que se verá en el Mundial, pues allí estarán también Riquelme, Owen, Totti y Reyes.
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(Foto Archivo)
JAVIER BRASSESCO
EL UNIVERSAL
En el fútbol el número diez es sinónimo de
creación, de juego bonito, de genialidad. Quizá es
porque fue siempre el dorsal de Pelé. O porque en la distribución
de los jugadores en la cancha tradicionalmente se utilizó
ese número para el puesto de "medio centro", una posición
que requiere al mismo tiempo de habilidad y capacidad goleadora.
Pero no siempre fue así. En los tres primeros mundiales
que registra la Historia (1930, 1934 y 1938), los futbolistas
ni siquiera utilizaban número alguno. Estos comenzaron
a utilizarse en Brasil 1950, y era un privilegio destinado
sólo a los titulares: del uno al once.
En el principio, la posición que más se admiró
fue la de centro delantero: el número nueve. Alfredo
Di Stefano fue el responsable, porque fue el mejor jugador
de su época y siempre fue un atacante nato. Con Pelé
las cosas comenzaron a cambiar. Hacía goles a pesar
de que no era el jugador que estaba más cerca de la
portería contraria, pero sobre todo creaba, pasaba
balones y se las ingeniaba para convertirse en el alma de
su equipo. Platini y Maradona se encargarían luego
de enaltecer ese número.
El número diez hoy
Desde entonces no había aparecido en el fútbol
mundial un jugador que estuviese a la altura de ninguno
de ellos. Hasta que llegó Zidane, quien se retirará
en el Mundial de Alemania con la certeza de haber encontrado
un heredero: el brasileño Ronaldinho.
A pesar de todos los buenos futbolistas con los que
cuenta la selección de Brasil, la auténtica
estrella es él, el mejor jugador del año
pasado según la FIFA y la prestigiosa revista
France Football. Ronaldinho no se cansa de maravillar
a los espectadores y tiene la capacidad de montarse
él solo todo un equipo al hombro.
Junto a Zidane será el máximo representante
de esa tradición de buen juego que han mostrado
los dueños de la camiseta número diez,
pero no los únicos. Entre los azzurri, ese
dorsal lo viste uno de los mejores jugadores italianos
de los últimos tiempos: Francesco Totti. Juan
Román Riquelme, un mediocampista con mucha
capacidad creativa, será el diez argentino,
mientras que en Inglaterra el honor será para
Michael Owen y para José Antonio Reyes en la
selección española.
Todos ellos calzan con las características
de un diez clásico. También hay otros
jugadores que por su estilo de juego bien podrían
tener ese número, como un Pavel Nedved que
tiene que conformarse con ver ese dorsal en la
espalda de Rosicky. Y en muchas selecciones los
números los asigna el azar o incluso el alfabeto.
Pero ni con Zidane, Ronaldinho, Owen, Totti,
Reyes o Riquelme hubo nada de azar. Todos ellos
se ganaron a pulso el número que tienen
en la espalda y que ahora tienen el deber de
honrar en el Mundial de Alemania.
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