JUAN CERMEÑO

EL UNIVERSAL

No solamente la derrota duele, también tener que enfrentar a los amigos y conocidos seguidores del equipo rival. Por eso la interrogante, cargada de resignación, "¿quién aguanta a Pedro ahora", de una de las muchas aficionadas que se dieron cita ayer en la Alianza Francesa para presenciar en pantalla gigante el encuentro final del Mundial. Pedro a lo mejor es el vecino, el compañero de estudio, de trabajo, el hermano o el primo que iba a Italia y ahora se siente campeón, como esa selección. Así es el fútbol, despierta muchas pasiones. La jornada fue muy animada en la Alianza Francesa. El embajador de Francia, Pierre-Jean Vandoorne, andaba muy motivado, luciendo en su paltó un pañuelo con los colores de la bandera de su país: azul, blanco y rojo, los mismos que se les podían observar a la mayoría de los presentes en cualquier prenda de vestir, pero también en el rostro. Pavel Centeno andaba con Ildemaro Mexicano, cuya novia es francesa. Aunque es aficionado de Brasil, Pavel estaba en el lugar ligando la victoria de Francia. "Yo vivo en La Trinidad y quiero que gane Francia porque no me gustan los aficionados italianos, cada vez que ganan cierran la autopista y entonces no se puede pasar". Los 120 minutos fueron de mucha emoción, hasta que Fabio Grosso marcó el quinto penalti. Entonces Pedro se convirtió en motivo de preocupación, y Pavel a lo mejor anoche llegó tarde a su casa.