Parecía que nunca iba a llegar, y al final llegó. Ahora el Mundial se acaba, y los millones de locos fascinados por la maravillosa combinación de una pelota y dos pies se encuentran con un vacío que llenar: ¿Qué hacemos ahora? Muchos equipos se fueron antes de tiempo, y sus fans se acostumbraron ya a no ver a su selección en liza. Otros ni siquiera estuvieron. Fueron 64 partidos en 31 días, una media de más de dos diarios, y eso que hubo seis jornadas sin que la pelota rodase, y a pesar de ello fue insuficiente para los hinchas.

Todo eso será ya una imagen desfasada desde mañana. La camiseta de la selección se guardará en un armario y acabará en breve hecha jirones para ser usados como trapos, la televisión volverá a mostrar noticias y concursos.

Vendrán los campeonatos nacionales, las copas internacionales, Eurocopas, Copas América y muchos otros torneos, pero nada será igual. Nada puede igualar a la orgía futbolística que es un Mundial. Sólo cabe preguntar: ¿Cuánto queda para Sudáfrica 2010? Tranquilos, ya son menos de 1.400 días. Comenzó la cuenta.