CARACAS, jueves 06 de julio, 2006 | Actualizado hace
El centrocampista de Portugal llegaba a este partido con la responsabilidad de ser el cerebro del equipo y el hombre clave del partido. Deco no pudo ser ni una cosa ni la otra, pues estuvo perdido en los 90 minutos de juego, se le vio muy lento y con poca claridad ante el arco rival. Nunca fue un jugador desequilibrante para el rival.