Los lusitanos ganan la batalla a Inglaterra en los penales y avanzan a su primera semifinal desde 1966
![]() |
(Foto AFP)
EFRAIN RUIZ PANTIN
EL UNIVERSAL
Portugal está en las semifinales de la Copa del Mundo.
Sobran los adjetivos, las consideraciones, carece de sentido
preguntar si es justo, que lo es, a nadie le importa si fue
por penales. Portugal es semifinalista del Mundial, lo puede
decir ya su gente, orgullosa, por primera vez en 40 años.
Lo que nunca pudo hacer en 120 minutos, poner de rodillas
a Inglaterra a pesar de jugar con un hombre más desde
el minuto 62, lo consiguió desde los 12 pasos, esa
tanda que algunos llaman lotería. Si es así, qué
mala suerte la de los ingleses que los fallan siempre.
Pero sería injusto, sobre todo con el arquero portugués
Ricardo, endosarle toda la responsabilidad a los tres
ingleses que erraron sus cobros: Frank Lampard, Steven
Gerrard y Jamie Carragher.
Se vistió de héroe Ricardo, el mismo que
tantas dudas genera, cuando los suyos más lo necesitaron.
Porque en los penaltis es el portero contra el mundo.
Nadie se atrevería a tirarles encima la culpa,
pero eso tampoco sería consuelo.
Encima hubo una diferencia en esos penales que hace
más meritorio lo de Ricardo. No se los regalaron
los ingleses, como sí lo hicieron Ayala y Cambiasso
el viernes por Argentina ante Alemania. Los detuvo
él. Hasta el que no paró, el del incansable
Owen Hargreaves, lo adivinó.
Si el partido llegó a esa instancia fue, en
muy buena parte, por Hargreaves. El volante fue
el ejemplo de la garra inglesa durante todo el encuentro,
y su paradigma desde que Wayne Rooney fue expulsado.
El joven se dejó llevar por sus demonios con
esa patada descalificadora a los genitales de Ricardo
Carvalho.
Hasta ese momento el encuentro había sido
un ir y venir tremendo, en el que cada quien rebotaba
ante los defensores, bastante lejos del arco contrario.
Fue allí donde brillaron, como nadie, Hargreaves
y Carvalho.
La mejor prueba de que el partido se jugó
así fueron las actuaciones de los delanteros
de ambos bandos, Rooney y Pauleta. Al primero
se lo comió vivo Carvalho, también
porque estuvo siempre muy solo y se veía
obligado a buscar pelotas lejos de la zona donde
puede crear peligro.
Pauleta no existió. Sí lo hizo
Figo, y sobre todo Cristiano Ronaldo. Fue
él quien cobró el penalti que selló
la conquista de los lusitanos. Pero hizo más.
Mucho más. Por primera vez en todo el
Mundial y ojalá que para el resto de
su carrera, fue siempre vertical, encarador,
fuente eterna de peligro. Disparó de
lejos mil veces. Le faltó puntería,
algo de suerte.
Esa insistencia irreverente de Ronaldo
fue lo que se extrañó en sus compañeros.
Por alguna razón, puede que sea ese
pragmatismo que la ha inyectado el técnico
Scolari, Portugal nunca pareció aprovechar
al máximo la superioridad numérica.
Dejó, quién sabe por qué,
crecer a Inglaterra, que para colmo de males
había perdido a David Beckham.
Así, golpeados, disminuidos, buscaron
el triunfo los ingleses. Estuvieron cerca,
demasiado. Nunca concretaron. Llegaron
los penales.
Y allí Inglaterra sólo cae.
Les pasó en el Mundial de 1990
y 1998. También en las Euro de
2004 y 1996. Esa historia, más
Ricardo enfrente, es mucho.
de EL UNIVERSAL. Si no lo eres, Regístrate aquí
El Universal no se hace responsable por las opiniones emitidas en este espacio. Los comentarios aquí publicados son responsabilidad de quién los escribe.
El Universal no permite la publicación de mensajes anónimos o bajo seudónimos.
El Universal se reserva el derecho de editar los textos y de eliminar aquellos que utilicen un lenguaje no apropiado y/o que vaya en contra de las leyes venezolanas.



Cómo anunciar |
Suscripciones |
Contáctenos |
Política de privacidad
Términos legales |
Condiciones de uso |
Mapa del Sitio |
Ayuda
El Universal - Todos los derechos reservados 2011
