A media máquina, la azurra goleó 3-0 a Ucrania y exhibe contundencia de cara a la semifinal
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ESTEBAN ROJAS
EL UNIVERSAL
Italia cumplió y lo hizo con muchísima contundencia.
Una goleada de 3-0 frente a Ucrania mete a la "azzurra" a
la semifinal, esta vez sin sufrir demasiado, imponiendo su
juego desde el principio y demostrando que hay que tomarla
en cuenta.
Y es que el equipo de Marcello Lippi demostró que
el famoso "catenaccio" no es su única arma, porque
tiene un jugador distinto en la figura de Francesco Totti
y, además, porque cada error te lo hace pagar caro.
Ayer lo demostró Luca Toni con dos goles que inscriben
finalmente su nombre en la tabla de los artilleros de Alemania
2006.
A veces jugó a un ritmo realmente vertiginoso, dejando
chispazos de fútbol vistoso, ese que tanto gusta
a la afición.
Mejor aún: pareció que sus jugadores apenas
se despeinaron para despachar a su rival.
Es cierto que la debilidad de Ucrania es un factor
a considerar, más cuando el próximo rival
será Alemania, el anfitrión y ahora sólido
favorito para conquistar el campeonato mundial. Pero
no importa, porque se puede soñar.
El despliege ofensivo de su encuentro de cuartos
de final es una gran noticia para un once que presentaba
su tradicional seguridad en la defensa como punto
fuerte _el portero Gianluigi Buffon apenas ha permitido
un gol en todo el Mundial_, pero que tenía
abundantes dudas en cuanto a la construcción
del juego propio.
Italia también sabe jugar con la pelota
cuando quiere. Y ayer quiso.
Gianluca Zambrotta dejó en evidencia bien
temprano que la afirmación no es descabellada
al subir por la banda derecha a toda velocidad,
combinarse con Totti, recibir de vuelta el balón
y batir al meta Shovkovsky con un duro disparo.
Apenas habían transcurrido 6 minutos y
ya la azzurra estaba arriba en el marcador.
Eso es mortal, porque si algo saben bien
los italianos es manejar resultados favorables,
desplegar al máximo las velas _defensivamente
hablando_ cuando el encuentro se pone a su
favor. Luego mata al contragolpe. Así
lo hizo.
Ucrania lo intentó de muchas formas,
pero cuando no se encontraba con los defensores
Fabio Cannavaro y Andrea Barzagli, se estrellaron
contra el muro de Buffon. Y si podían
superarlo, pues aparecían los postes.
Suerte dirán muchos, pero el azar es
generalmente favorable para quienes hacen
las cosas bien. El temido Andriy Shevchenko
poco podía hacer.
Fue cuando mejor jugaban los ucranianos,
ya en el segundo tiempo, durante esos
únicos instantes en que los italianos
sufrieron un poco _para no perder la costumbre_
que apareció Luca Toni. Y eso se
llama pegada y es lo que en realidad hace
ganar los partidos. Que se lo pregunten
a Carlos Alberto Parreira y Brasil.
Dos goles, trámite completo y
_¿por qué no?_ el recuerdo
de Paolo Rossi en España 82.
Italia no había mostrado precisamente
un juego brillante en tierras ibéricas,
pero cuando Rossi desplegó sus
alas, nadie pudo parar a la azzurra
en camino a su tercer campeonato mundial.
¿Será ese el destino de
Toni?
La pregunta comenzará a contestarse
en Dormunt cuando se enfrenten a
los alemanes. Ese es el verdadero
reto.
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