ESTEBAN ROJAS

EL UNIVERSAL

Las horas previas a los cuartos de final de Alemania 2006 se viven con intensidad. Hay demasiado en juego y cada técnico considera posibles variantes de cara a un partido de vida o muerte, unas con el objetivo de mejorar la dinámica de su selección y otras obligadas por un factor que ya se escapa de sus manos: las lesiones. El entrenador de Brasil, Carlos Alberto Parreira, tiene que preocuparse en Bergisch Gladbach _lugar de concentración de la canarinha_ de cara a su encuentro ante Francia. Kaká y Emerson están en duda. Eso sí, el regreso de Robinho es una gran noticia. Peor la tiene Ucrania. No sólo porque se enfrentará a Italia, sino porque sufrirá la baja de Andrij Voronin, una de sus principales figuras. Felices sí están José Pekerman y Jurgen Klinsmann, seleccionadores de Argentina y Alemania respectivamente. Estarán frente a frente mañana en Berlín y ambos podrán contar con todas sus piezas. Al mismo tiempo, el técnico de Portugal, Luiz Felipe Scolari reza por Cristiano Ronaldo. La pelea por la clasificación a la semifinal no se inicia en el campo, sino mucho antes, cuando se definen las estrategias y se prepara la batalla.