La grata impresión que ha dejado hasta ahora el estilo
de juego de la selección de Alemania es uno de los principales
bonos que nos ha dejado este Mundial. Viniendo de menos a más,
ha comenzado a ganarse el favoritismo como candidato al título
por cuenta propia y no sólo por ser el anfitrión.
Los seis campeones del mundo presentes en esta Copa del
Mundo ganaron su cupo para disputar los cuartos de final. Algunos
todavía dejan dudas pendientes, pero de igual forma han
confirmado la teoría de todos los especialistas que aseguraban
que este Mundial es para quienes ya tienen título.
El desparpajo con el que jugó la selección de
Ghana ante Brasil ha sido una de las mejores recompensas del
fútbol, a pesar de que quedaron eliminados. Habrán
fallado en defensa, pero mostraron que no le temen a nadie,
que no hay rival pequeño y que son fieles a su juego y
sus aspiraciones.
El partido que jugó el francés Zinedine Zidane
ante España lo regresó a la cúspide de la gloria
donde están sólo los grandes jugadores como él.
Gambeteó el retiro y nos regalará un poquito más
de su magia en cuartos de final. El gol ante los españoles
hizo recordar todos los buenos momentos que le ha regalado al
fútbol y a los aficionados.
Otra fortuna de este Mundial es que el máximo goleador
del campeonato sigue en juego y promete más dianas para
aumentar su cuenta. El alemán Miroslav Klose, con sus cuatro
goles, cifra todavía modesta para un Mundial, tiene todo
por delante para poner su nombre en la marquesina.
El récord del brasileño Ronaldo, quien pasó
al alemán Gerd Mueller como máximo goleador en la
historia de los mundiales, también ha sido un regalo. Con
15 dianas quedó impreso en la historia de los grandes junto
a Pelé a quien también supero como máximo artillero
de la selección brasileña. Parece haber recuperado
su ritmo de gol y amenaza con querer llevarse el título
de más dianas en Alemania 2006.
Australia, aunque terminó como perdedora ante Italia
y se devolvió a casa, fue una revelación del Mundial
por su buen juego. Hizo sudar a los "azurri" y de no ser por
el penal cantado poco antes de terminar los 90 minutos, la prórroga
de ese partido pudo haber cambiado la historia de los cuartos
de final. Junto a la felicitación para los "socceroos"
está la de su técnico, Guus Hiddink, quien se ha cansado
de demostrar que le sobran argumentos como seleccionador para
hacer de un equipo una selección mundialista.