ANA Y. TERAN LARA

EL UNIVERSAL

La alegría y la euforia explotaron ayer en las instalaciones del Centro Portugués, ubicado en La Guairita, donde cientos y cientos de seguidores de la selección lusitana celebraron al ritmo del rap y del balinho de Madeira el triunfo alcanzado por el equipo lusitano ante el combinado de Holanda. Aplausos, golpes de mesa, gritos, expresiones de entusiasmo, pitos y hasta cornetas pusieron a vibrar el recinto mientras la tensión desatada tras el pitazo inicial era contenida con uno que otro comentario favorable a la actuación de los jugadores portugueses. "El gol no llega, qué estrés" comentaba desde una mesa una señora vestida de la cabeza a los pies con los colores de Portugal. "Tranquila, que por ahí viene" le respondía de lo más seguro su esposo para calmar las ansias. Y así fue. En el minuto 23, un disparo del mediocampista Maniche, no sólo puso a ganar a la selección sino que infundió optimismo y seguridad a los cientos de aficionados allí congregados. "¡No va a entrar!" gritaban una y otra vez a viva voz los seguidores de Portugal, cada vez que los jugadores holandeses cobraban un tiro de esquina o se acercaban peligrosamente a la arquería lusitana. Y tal parece que funcionó, pues en los noventa y seis minutos que duró el encuentro, el balón nunca llegó a tocar la red de los portugueses, quienes se alzaron con la victoria tras un reñido encuentro.