Comenzar un Campeonato del Mundo de la manera que lo hizo
la selección de España el pasado miércoles al
vencer 4-0 a la representación de Ucrania, no es, ni mucho
menos, una tarea sencilla.
A lo largo y ancho de las dieciocho ediciones del torneo
futbolístico por excelencia, incluida la que se disputa
en estos momentos en Alemania, han jugado 361 selecciones nacionales
y sólo quince de ellas, algo menos del 4%, iniciaron su
andadura mundialista con una goleada igual o superior a la lograda
por España ante Ucrania en Leipzig.
En los últimos veinte años sólo tres combinados
nacionales, aparte del español, tuvieron un debut tan exitoso:
Checoslovaquia (5-1 ante Estados Unidos, en 1990), Argentina
(4-0 ante Grecia, en 1994) y Alemania (80 ante Arabia Saudí,
en 2002).
De entre esas catorce selecciones que comenzaron el Mundial
con una victoria por más de tres goles de diferencia, nueve
se plantaron, como mínimo, en la fase de semifinales (64,29%),
siete fueron finalistas (50%) e incluso dos de ellas (14,28%)
acabaron coronadas como campeonas del mundo.