CARACAS, lunes 19 de junio, 2006 | Actualizado hace
Parecía un espía. A diferencia del resto, Gustavo Rondón no portaba la franela de Brasil en el instituto. Bastó con preguntarle sobre el tema para que casi susurrara que va por Argentina. Pero como le encanta compartir con sus profesores, se acercó al recinto para ver el partido.
"Este es un lugar estupendo, me siento como en casa y puedo traer a mi familia. Así también puedo "chalequear" a los profesores si a Brasil le va mal, porque ellos hacen conmigo lo mismo cada vez que juega Argentina. Aunque la última vez no pudieron, por la goleada de 6-0 sobre el equipo de Serbia y Montenegro".
Gustavo estudia idioma portugués y escribe poesía. Está a punto de sacar un libro en varios idiomas. Es también parte de la fiesta que se vive a plenitud en Venezuela, en ocasión de la disputa de la máxima cita del balompié mundial.