Lázaro Candal
Una vez más los equipos africanos llegan al Mundial
de Fútbol todos llenos de ilusión en busca de una
representación que les valga para poder justificar la
superación y el progreso de su fútbol ante los grandes
del universo. Pero, por lo que a los resultados se refiere,
hasta el momento, aunque los equipos que se presentaron lo
hicieron con toda dignidad, el marcador no les fue favorable.
Tanto Angola como Costa de Marfil y Ghana, con todo y las
derrotas que sufrieron, dejaron en el terreno de juego un
mensaje de esperanza sobre la calidad y potencialidad de su
fútbol, sobre todo por la importancia que tenían
los rivales a los que enfrentaron en el partido de debut.
Angola, por ejemplo, se presentó ante el actual subcampeón
de Europa, Portugal, su propio colonizador.
Y aunque antes del juego se presumía que ganaría
fácilmente el cuadro lusitano, sin embargo la cosa
no fue así, tal como bien lo identifica el uno a
cero con que terminó el marcador gracias al gol de
Pauleta, anotado al poco tiempo de comenzar el juego.
Con todo y su derrota, los angores dejaron detalles
de mucha importancia para creer que en el futuro su
fútbol adquirirá mayor notoriedad.
El segundo equipo africano en presentarse fue Costa
de Marfil, con una prueba más exigente, sobre
todo porque además de estar en el llamado grupo
de la muerte, con Argentina, Holanda y Serbia y Montenegro,
su presentación contra los argentinos fue muy
buena a pesar de haber perdido por la mínima,
dos a uno. Pero tuvieron todo el juego en jaque al
doble campeón mundial suramericano. Su manejo
del balón, dominio en el mediocampo y su toque
exquisito chocó contra su escaso poder ofensivo,
a excepción del formidable delantero Didier Drogba.
A pesar de perder, dejaron una gratísima impresión.
En cuanto al tercer equipo en presentarse, Ghana,
también demostró formidables cualidades
futbolísticas. Con todo y la derrota por dos
a cero ante el potente seleccionado italiano, hay
que decir, en honor a la verdad que el segundo gol
azzurro fue un verdadero regalo africano.
El juego entre ambos equipos fue tan hermoso
como espectacular. Italia jugó como hacía
tiempo no la veíamos jugar. Buena defensa,
buen medio campo y un ataque rápido y peligroso.
Un equipazo. Esto define la buena actuación
de sus contrarios, a quienes no les perdieron
el respeto en todo el choque, y además mostraron
un espectacular fútbol de toque, dominio
del esférico y un hermoso sentido de la rotación.
Por eso, Ghana nos gustó tanto como Costa
de Marfil.
Mientras que el conjunto de Togo, a pesar de
la derrota ente Corea 2-1, y la selección
de Túnez con su empate 2-2 ante Arabia
Saudí confirmaron el buen nivel futbolístico
del que venimos hablando.
Con todo eso, ya les podemos adelantar que
en unos veinte años no más habrá
un finalista africano en el Mundial de Fútbol
y cuidado si no serán los dos. Incluso,
lo pueden hasta firmar, en el próximo,
a celebrarse en el año 2010 en Suráfrica,
nada nos extrañaría que uno de los
dos equipos finalistas fuera africano. Y nos
alegraría muchísimo. Sería
un hermoso grito de rebeldía de un continente
al que tanto daño se le ha hecho.
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