ESTEBAN ROJAS

EL UNIVERSAL

Zinedine Zidane afronta a partir de hoy su último desafío. La selección de Francia debuta frente a Suiza en el Grupo G del Mundial Alemania 2006, con el objetivo de olvidar el fracaso de Corea-Japón 2002 y bajo el recuerdo del campeonato conquistado en casa hace ocho años con Zidane como líder. El torneo será el adiós un extraordinario jugador, tal vez el mejor de una generación, y sus compañeros quieren ofrecerle una digna despedida. "Todo el mundo quiere saber si Francia está lista o no", dijo el mediocampista Claude Makelele al ser consultado sobre las aspiraciones del equipo. "Tenemos que responder". Contra Suiza, los galos contarán con Thierry Henry como único delantero, mientras que "Zizou" tendrá completa libertad frente al área y Silvain Wiltord y el joven Franck Ribery serán encargados de desbordar por las bandas. El partido tendrá ambiente de revancha, pues los suizos fueron sus rivales durante las eliminatorias europeas a la cita germana y le sacaron un par de empates (0-0 y 1-1), complicándole la vida al técnico francés, Raymond Domenech. Esta vez tiene que ser distinto si Francia quiere cumplir su objetivo y brillar de nuevo.