IZVET REBOLLEDO

EL UNIVERSAL

Todos queremos ser protagonistas, mucho más cuando es cuestión de identidad, de amor, de pasión. Y es que eso es el fútbol, que, hoy por hoy, es uno de los deportes que más emociones levanta, más aún cuando somos invitados al mejor evento mundial. Ya no es acompañar a un equipo, o ir a ver a un jugador, es simplemente un país, es apoyar y aupar a la selección, defender a la Bandera. Y todavía es mucho más, es disfrutar de rostros pintados, de cánticos, es el grito de cientos de voces que inspiran a un jugador, quien busca el gol. Hoy, le tocó a Alemania 2006, que se ha convertido en la algarabía deportiva. Si nos quitan la respiración a quienes no tenemos la oportunidad de estar en el escenario, sólo con ver u oír cada jugada por TV o radio ¿Qué pasará con esos miles de aficionados que están en cada tribuna y simplemente montan sus fiestas? A quién recordar, a holandeses, brasileños, franceses, italianos, españoles, quienes montan una verdadera fiesta. O hasta dónde puede llegar la imaginación humana cuando, a pesar de haber viajado y no entrar al estadio más de treinta mil mexicanos igual disfrutaron de la fiesta tras la resonante victoria de su equipo. Se siente que el fútbol es mucho más.