CARACAS, lunes 12 de junio, 2006 | Actualizado hace
El mediocampista portugues se mostró como aquellos días de gloria en el Barcelona y Real Madrid: rápido, temible y habilidoso.
Las mejores jugadas del partido nacieron de sus pies. Jugó los noventa minutos y cuando el balón pasaba por sus botines era el único momento en el que Portugal mostraba peligro. Gracias a él Pauleta pudo anotar lo que a la postre sería el único tanto del encuentro. Figo demostró que quiere llevar su país a grandes cosas, ya veremos si lo logra.
El Bueno
DIARIO