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JAVIER BRASSESCO
EL UNIVERSAL
Se acabó la cuenta regresiva, ya el máximo evento
deportivo del mundo está entre nosotros. Como sucede
desde un remoto 1930, cada cuatro años existe un mes
elegido, un lapso durante el cual no se hablará más
que de fútbol, una tregua en la política y la economía
de los países y en las vidas de cada habitante de este
planeta. Ese mes llegó y comienza hoy.
No hay nada que pueda compararse al interés y al furor
que desata un Mundial de Fútbol, ni siquiera unos Juegos
Olímpicos. Aquí todas las 32 selecciones participantes
tienen opción, no hay equipos más numerosos que
otros: son once contra once y el balón es redondo.
Incluso en los 162 países que quedaron en el camino
y no estarán presentes en la máxima cita (Venezuela
incluida), la fiebre mundialista ha tomado las calles y cada
quien tiene ya su favorito.
28.800 millones de telespectadores tuvo el Corea-Japón
de 2002, y es una prueba inobjetable de la cantidad de público
que arrastra un Mundial, si es que alguien quería alguna.
Por eso el Gobierno alemán entendió desde un principio
que estaba ante una oportunidad inigualable de promocionarse
ante el mundo e invirtió nada menos que siete mil millones
de dólares en edificación y modernización de
estadios y en modernizar aún más su infraestructura
vial y hotelera.
El espectáculo está garantizado, y si no que lo
digan los eficientes y cumplidores alemanes, que se encargaron
de organizar un Mundial que echará mano de todos los
avances tecnológicos: desde 25 cámaras y 30 micrófonos
en unos estadios cuya grama ha sido controlada por láser,
un sonido dolby surround de calidad digital para las transmisiones
televisivas, imagen de alta definición similar al formato
de los cines, hasta entradas personalizadas y robots en los
estadios para detectar bombas y armas químicas.
Todos los flancos están cubiertos. En lo social, en
lo económico y en lo tecnológico este Mundial ya
marcó un hito. Falta la parte deportiva, esa que comenzará
hoy cuando el árbitro argentino Horacio Elizondo haga
sonar su silbato y dé comienzo por enésima vez el
cuento mil veces repetido pero mil veces distinto de dos equipos
luchando por un balón. Habrá comenzado entonces
el décimo octavo Mundial de la historia.
Cifras del torneo
735 jugadores estarán presentes en el evento.
Eran 736 pero uno de los jugadores serbios no viajó.
$530 millones es el costo del Mundial de Fútbol para
el Comité Organizador que se encargó del evento.
$5,3 millones recibirá como mínimo cada uno de
los 32 equipos participantes en la Copa.
$19,3 millones recibirá el campeón, casi el doble
de los 9,6 millones que recibió Brasil en 2002.
$1.350 millones es la ganancia neta de la Fifa, después
de pagar al Comite Organizador y de repartir los premios.
$7.000 millones ha invertido el Gobierno alemán en infraestructura,
con motivo del Mundial.
27 años y 4 meses es el promedio de edad de todos los
jugadores que participan
en la máxima cita.
Siete futbolistas Reyna, Kahn, Al Deayea, Al Jaber, Cafú,
Ronaldo y Keller jugarán
su cuarto Mundial.
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