ESTEBAN ROJAS

EL UNIVERSAL

Al fin terminó la espera: Alemania y Costa Rica inauguran hoy la Copa del Mundo 2006. El equipo anfitrión se presenta frente a su gente en Múnich con la responsabilidad de exhibir desde temprano su candidatura como favorito, aunque golpeado por la baja de Michael Ballack. Será el joven Bastian Schweinsteiger quien tendrá sobre sus hombros el liderazgo de los locales a los 21 años, pues su precoz talento será el arma más peligrosa de los teutones ante la ausencia obligada de su mayor figura por una lesión en la pierna. Ballack volverá para el segundo partido de los germanos, el 14 de junio ante Polonia, pero se le extrañará hoy. Costa Rica, por su parte, saldrá con el objetivo de convertirse en sorpresa, en una amenaza real dentro del Grupo A. Eso sí, la tienen difícil. Y es que, sobre el campo, la baja de Ballack es un golpe duro, pero los germanos tienen argumentos suficientes para vencer en el debut. "Su ausencia es una lástima", declaró el técnico bávaro, Jurgen Klinsman. "Pe ro tampoco es un drama". Schweinsteiger ha demostrado su calidad con el Bayern de Múnich, confirmándose como la mayor promesa del fútbol alemán, y estará rodeado por un bloque sin fracturas. Jens Lehmann es un seguro en la portería, defensores como Arne Friedich y Christoph Metselder son un muro para cualquier ofensiva, y Miroslav Klose y Lukas Podolski en punta son garantías de gol. Ballack será sustituido por Tim Boroswki, aunque Sebastian Kehl tiene sus opciones. En Costa Rica, las lesiones de José Porras, Gilberto Martínez y Mauricio Solís son las peores dudas. La selección parte con confianza, pero el entrenador Alexandre Guimaraes sabe que para superar a Alemania tendrán que ju gar "el partido de su vida".