ESTEBAN ROJAS

EL UNIVERSAL

Los ojos de todo el planeta ya están puestos sobre Múnich, ciudad que mañana será testigo del partido inaugural de la Copa del Mundo Alemania 2006 entre la selección anfitriona y Costa Rica. Sin embargo, la máxima fiesta del fútbol no comenzará entonces, porque el evento arrancó mucho antes del pitido inicial con una pasión que se extiende desde tierras germanas has ta el último rincón del orbe. Las agencias de noticias han reflejado día a día el ambiente de euforia que viven las calles durante una cuenta regresiva que ahora sólo es de horas. Ayer, mientras se reunía el Congreso 56 de la FIFA en Múnich, Berlín se entregó a una serie de celebraciones por la inminente apertura del Mundial con la presencia de inolvidables del fútbol como Pelé. La famosa Puerta de Brandeburgo recibió a decenas de miles de personas, según DPA, para el "Berlín Fan Party". Y la fiesta de ayer fue apenas un abreboca de lo que viene. Mientras, las cuatro selecciones que verán acción en la primera jornada ya ultiman detalles. Alemania-Costa Rica y Polonia-Ecuador en Gelsenkirchen son los encuentros. La selección local realizó ayer sus últimos entrenamientos en Berlín antes de viajar hoy a Múnich para un primer reconocimiento del césped de un remozado Olympiastadion. Costa Rica, a su vez, se muestra con confianza. El técnico Alexandre Guimaraes hasta tiene tiempo de bromear. "¿Cómo le ganamos a Alemania?", dijo a DPA. "Pues haciendo un gol más". Polonia, por su parte, definió a su once inicial, con Artur Boruc como el portero con la tarea de frenar a Agustín Delgado y al equipo de Ecuador. Ya sólo queda esperar que el árbitro Horacio Elizondo haga sonar el silbato en la inauguración para que el balón ruede y se pueda ver si hay alguien capaz de retar a Brasil, actual campeón y sólido favorito.