Bad Kissingen.- La selección de Ecuador, que cumple su noveno día en la localidad alemana de Bad Kissingen, última el trabajo para su debut en el Mundial, que será el próximo viernes en Gelsenkirchen, con ganas ya de medirse a Polonia y demostrar que la preparación fue buena. Tanto los jugadores como el cuerpo técnico que lidera el colombiano Luis Fernando Suárez reconocieron que están ansiosos por desplazarse a Gelsenkirchen, lo que harán mañana para conocer después el escenario del partido, el AufSchalke Arena. Tanto ecuatorianos como polacos coinciden en señalar que este partido será muy importante para el intento de superar la primera fase del Mundial y clasificarse para los octavos, algo que ambas formaciones no pudieron hacer en la anterior cita de Corea y Japón 2002, en la que retornaron para casa, luego de la primera fase. El combinado ecuatoriano, según lo planificado para este tramo final de preparación antes de jugar ante los polacos, bajó la intensidad de trabajo y ayer hicieron una sola sesión. Hubo terapia de relajación y paseo. También realizaron una sesión técnica para conocer en detalle aspectos de las regulaciones y el reglamento de la FIFA en el torneo. Los representantes del organismo internacional informaron a la delegación ecuatoriana en el hotel de concentración, de las limitaciones que deberán observar los jugadores, como en el apartado de la vestimenta y en las posibles celebraciones de los goles. Los jugadores también completaron una sesión de gimnasio y por la tarde atendieron a los medios. La lluvia, como es costumbre, se dejó notar en esta localidad de la región de Baviera y cayó con fuerza en algunos momentos de la jornada, aunque para el entrenamiento cesó y dejó trabajar a los futbolistas y a sus técnicos, incluso con algunos rayos de sol.