Ginebra.- Suiza e Italia, en su misión de ultimar detalles ante la cercanía del Mundial de Alemania 2006, firmaron un empate 1-1 en tierras helvéticas en un partido de preparación durante el cual el conjunto local dejó mejores sensa ciones que un rival muy gris. No gustó la selección italiana, con un esquema poco habitual de cuatro zagueros, tres mediocampistas de contención, dos creativos y un delantero, ideado por su técnico Marcello Lippi para "salvaguardar" a Francesco Totti, quien jugó su primer partido como titular, tras la grave lesión sufrida en marzo pasado. Decepcionó especialmente en la primera mitad, exhibiendo un juego ramplón y aleja do de la calidad que debe demostrar la azzura, reseñó Efe. Eso sí, fue despiadada, pues en su única aproximación al área del anfitrión en la primera parte consiguió el 0-1 por medio de Alberto Gilardino. El tanto parecía facilitar la labor de recuperar a Totti, considerado vital por Lippi. Y es que, previsiblemente, ante la mayor apertura suiza en busca del empate, el romanista podía moverse sin tantos agobios. El partido de Totti no puede decirse que fuera notable, pero al menos se mantuvo todo el partido sin resentirse físicamente, una excelente señal. Con el temprano 0-1, Italia dejó más la iniciativa a Suiza para que se gastase más y buscó aprovechar al contragolpe cualquier espacio abierto. La buena presión suiza y su mayor osadía se hizo notar, e Italia, sin ritmo y con sus "cerebros" Totti y Pirlo (sigue con su clara baja forma) ausentes, se fatigó más de lo previsto. Además, Suiza encontró en la banda izquierda del ataque el camino para entrar en la defensa visitante. Por ahí, Zaccardo, sustituto del lesionado Zambrotta, se las veía negras. Fruto de las mayores ganas y sacrificio local, en el minuto 32 llegó el más que justo premio para Suiza del tanto del empate, obra de Gygax, uno de los mejores sobre el campo. El 1-1 mermó algo las ansias y el elevado ritmo de Suiza, pese a lo cual siguió dominando hasta el descanso, ya que Italia continuó sin alma y sin inquietar al meta local. En la segunda mitad, con un carrusel de cambios de inicio, Italia cambió su esquema: pasó a jugar con dos puntas (Iaquinta y Toni) y con Totti por detrás, pero fue Suiza la que volvía a tener en su mano el juego. A la hora, por fin, la azzurra se dejó ver. El ritmo había bajado y ello benefició a los visitantes, aunque todo terminó con el 1-1, con una Suiza de menor calidad, pero que dejó una mejor sensación que una Italia que, por su condición de ser favorita, demostró muy poco. De todas formas, para los supersticiosos italianos, el 1-1 es para celebrar. Y es que en 1982, Italia disputó también su penúltimo partido de preparación mundialista visitando a Suiza, un choque que terminó con el mismo resultado. Poco más de un mes después, la selección azzurra alzaba la Copa del Mundo de España en el estadio Santiago Bernabéu.