En un campo deportivo de la localidad de Kircheim, cerca
de Múnich, y rodeado de un hermetismo total, un grupo de
personas viene ensayando todos los días la fiesta de inauguración
que tendrá lugar el 9 de junio en Múnich antes del
partido Alemania-Costa Rica, que dará comienzo oficialmente
al Mundial de Fútbol.
El acto inaugural previo al encuentro durará tan sólo
veinte minutos y la dirección estará a cargo de Christian
Stueckl, director general del Teatro Popular de Múnich.
Entre las pocas cosas que han trascendido, se supo que participarán
en el acto inaugural un total de dos mil personas.
Actuará un grupo hip hop, grupos de danza ataviados
con trajes típicos bávaros, un conjunto de instrumentos
de viento, un coro y un grupo de instrumentos de percusión.
La parte central del acto estará a cargo de 150 bailarines
y 50 bailarinas vestidos con trajes típicos de Baviera,
para los que Stueckl (el director del teatro de Múnich)
hizo componer una pieza especial y desarrolló una coreografía
propia.
Los que ensayan la pieza deben también levantar
en alto la Copa Mundial. Como no disponen de ésta,
ya que está bien resguardada, ensayan en estos momentos
utilizando una botella llena de jugo de manzana.