Tignes.- El seleccionador de fútbol de Francia, Raymond Domenech, amaneció tratando de apagar aún los rescoldos del incendio provocado entre los arqueros Fabien Barthez y Gregory Coupet, que amagó con abandonar. El duelo entre porteros, similar al que vive Alemania con Jens Lehmann y Oliver Kahn, amenaza con escalar a poco del Mundial y trastornar la paz y el "espíritu de grupo" que pretendía fomentar Domenech en el retiro de alta montaña de Tignes. Coupet, colocado como número 2 en la portería pese a ser el favorito de prensa y afición por su labor con el multicampeón Olympique de Lyon, abandonó la concentración tras una discusión con Domenech y sólo tras varias conversaciones telefónicas al cabo de unas horas regresó, aunque no dejó de criticar el hecho de no ser considerado como titular. De camino a un glaciar en los Alpes franceses al que Fabien Barthez, campeón del mundo en 1998 y de Europa en 2000 y que será titular también en Alemania, no asistió por unas molestias en el peroné, Coupet buscó un encuentro con Domenech. En la conversación supuestamente criticó la decisión del técnico, lo que condujo a una gran discusión entre ambos. Al regresar a Tignes tras ver el glaciar, Coupet, enrabietado, hizo sus maletas y dejó el cuartel general francés acompañado de su familia, antes de que reflexionara tras recibir varias llamadas telefónicas, incluida la del presidente del Lyon, Jean Aulas. La marcha definitiva de Coupet hubiera conducido a que Francia sólo hubiera podido viajar a Alemania con dos arqueros, ya que la FIFA sólo permite cambios en caso de lesión, y habría terminado en sanción.