Weggis.- La paz y la quietud características de los poblados suizos llegó a su fin, al menos en la localidad de Weggis. Brasil, uno de los favoritos para conquistar el Campeonato Mundial, inició ayer su fase final de preparación en la población y todos parecen estar contagiados de la alegría de la samba brasileña. La selección desembarcó en Zúrich y allí fue recibida por aficionados que lucían la franela verdeamarilla. El equipo brasileño vivirá durante las próximas dos semanas en un lujoso hotel, al borde del lago de Lucerna, y entrenará dos veces por día en una cancha que fue especialmente diseñada para ellos. El Thermoplan Stadion fue construido a un costo de 700.000 euros, para satisfacer las necesidades de entrenamiento del conjunto suramericano. En el primer contingente arribaron a la población cinco, Roberto Carlos, Cris, Luisao, Ricardinho, Adriano, Julio César y las figuras centrales de la tarde, Ronaldinho y Ronaldo. Junto a los futbolistas brasileños llegó la comisión técnica. La selección brasileña de fútbol, una de las favoritas de este Campeonato Mundial 2006 y que abrirá su participación en el Olympiastadion de Berlín el 13 de junio, se quedó aislada en el hotel y, a su llegada, los jugadores evitaron hacer declaraciones. Está previsto que realicen dos sesiones diarias de entrenamiento antes de partir rumbo a Alemania. Hoy está planificado que los 23 jugadores pasen los exámenes físicos y médicos. "Por el momento, no tenemos ningún atleta con problemas. Todos están en condición de comenzar", dijo a su llegada José Luiz Runco, médico principal. A los hinchas que siguen al combinado de Carlos Alberto Parreira, les obligaron a quedarse lejos del hotel, pero la fiesta en el poblado es total. Más de 100 puestos de comida y bebidas típicas, y lugares con música brasileña, ya forman parte de las exhibiciones para festejar la llegada de los pentacampeones mundiales a tierras suizas. En la calle los lugareños viven emocionados este momento. "Yo pienso que la gente aquí está loca por Brasil, con su presencia, con la música y con el hecho de que los jugadores estén aquí", declaró Carol Burke, una voluntaria del estadio. "La idea de traer a Brasil siempre tuvo fuerte apoyo de la comunidad", recalcó.