El maestro Johan Cruyff, uno de los motores de la Naranja Mecánica (como se apodó al equipo holandés), fue un pieza emblemática del balompié mundial. Estuvo en las finales del Mundial en 1974 y 1978. Marcó 424 goles. Se retiró en 1984. FIFA lo nombró uno de los cuatro mejores del mundo.